Sobre la Tormenta (La Esperanza)

Solo, inmóvil, quieto y mudo ante la tormenta. El viento revuelve tu pelo y agita tu ropa queriendotela arrancar como un amante ansioso ante el deseo. Aterido de frío, incapaz de mover ni un ápice de tu, ahora, frágil y gélido cuerpo. La desolación en la palma de tus manos. La vacuidad en el fondo de tu mirada. Un rayo surca el cielo como un mensajero incierto. Miedo, impotencia, incertidumbre, horror, abulia. Quieres correr, escapar, evadirte pero tus pies han enraizado en la yerma tierra. Abres los ojos. Te despiertas en la madrugada. Aún sientes el viento azotandote y el frío calandote hasta los huesos. Te tapas con otra manta. No puedes dormir. Miras al vacío, cierras los ojos, pero no puedes dormir. Desesperanza…   Así  es como te sientes cuando no ves la salida, cuando estas atrapado por un problema. Puede que la tormenta no sea física y que solo tú puedas percibir las nubes densas, oscuras, negras. Puede que las nubes se mantengas sobre tu cabeza durante todo el día impidiendote ver el Sol, puede que sigan ahí ocultandote la Luna. Tal vez pasen de largo y no descarguen su furia sobre ti. Tal vez no se vayan y comiencen poco a poco a deshacerse sobre tu cabeza, puede que la tormenta se desate con toda su fuerza. Puedes estar mojado, inmóvil, aterido de frío, congelado sin saber que hacer. Pero mas tarde o mas temprano las nubes se alejaran o se disiparán. Tras la tormenta todo parece arrasado; las ramas arrancadas, la tierra cenagosa y anegada por el agua, todo parece sucio. Pero tras la aparente destrucción se esconde un nuevo comienzo, una nueva oportunidad. Los árboles a los que el viento arranco las ramas se volverán mas fuertes, la tierra yerma y seca ahora esta empantanada

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