Encontrar a alguien con quien hablar no siempre es fácil y más si se quiere mantener una charla con un mínimo de inteligencia. Gracias a las redes podemos entablar conversación con gente a mucha distancia. Yo he querido hablar con @perradestan, una de las twitteras que más interesante hace mi timeline. Hoy hablaremos sobre la mojigatería reinante en la sociedad actual y en los límites, cada vez más extratosféricos de lo políticamente correcto.
Alex: Traigo una mala leche… Estaba hablando con una amiga sobre música y empezamos a discutir sobre quien era mejor cantante o algo así, ya no me acuerdo muy bien. Empezamos a decir chorradas para ver quien ganaba la discusión cuando de repente le digo: «Venga, va, muérete ya». No sabes como se ha puesto. ¿Te acuerdas de esas leyes sobre el honor y demás de los caballeros medievales? Pues con ella parece que he infringido alguna de ellas, casi me corta el cuello. Se me ha puesto todo digna y no me quería ni hablar casi. ¿Por qué la gente es tan sensible con estas cosas?
@perradesatan: Hombre, creo que de alguna forma, hay que ser sensible ante la muerte. Nos hemos criado en una sociedad en la que, por unas causas o por otras, hablar de la muerte era, si no un tabú, un tema que… mejor no tocarlo. O no tentarlo. Cada persona se acerca a este tema, más tarde o más temprano, de una manera totalmente distinta, e incluso hay quien, ni hasta en el último momento, se puede quitar «el miedo a la muerte». Muerte no es más que una palabra, somos nosotros los que le damos significado, y al igual que las palabras que nombran esos grandes temas de la humanidad como pueden ser el amor, la familia, los amigos, la vida, el miedo… para cada persona pueden significar una cosa muy distinta.
¿Y qué pasa cuando le decimos a alguien «muérete»? Igual que «hijo de puta», dependiendo del contexto y de quién te lo diga puede ser un halago o un insulto muy fuerte, decirle a alguien «que se muera» puede depender mucho del contexto y de la intención, y creo que en este caso quizás tu amiga no se volviera tó loca porque le hubieras deseado el fin de sus días sino porque, como tú mismo dices, estabais discutiendo. Y jode mucho, cuando discutes, quedarse sin argumentos. O jode mucho, también, tomarse una discusión en serio y que la otra persona la zanje con una expresión que, a fin de cuentas, venga a decir «venga, que sí, que me da igual».
¿Crees que habría reaccionado diferente si en vez de «muérete ya» le hubieras dicho «vete a la mierda»?
Alex: Si le hubiera dicho «vete a la mierda» creo que no hubiera pasado lo mismo. Es que no se… A mi estas cosas de ser políticamente correcto, lo de no hablar de ciertos temas o no poder hacer bromas con ellos me ha, como decirlo, me ha tocado mucho las pelotas. Un amigo mío tuvo una novia cubana, negra, y un día no se como le solté la gracia: «¿Harás el amor con ella con la luz encendida no? Qué con lo negra que es, a oscuras no se la distinguirá», el se lo tomo a bien, sabe que yo no soy racista ni nada de eso, tengo una amiga de la República Dominicana y he salido con personas de muchas etnias distintas, sin embargo la prima de él no lo entendió y se lo tomó mal.
Creo que la supuesta sociedad tan «libre de prejuicios» en la que vivimos y que supuestamente ampara nuestra constitución, no es tal. La gente se ha vuelto hiperestésica y mojigata, no se pueden hacer bromas con nada porque son «temas delicados». Precisamente esos temas son los que más normalidad necesitan y el humor es una buena forma de acercarse a ellos. El sexo ahora es más normal que hace años, los chistes verdes y el aumento de imágenes que lo implican han ido aumentando con el tiempo. El humor, en ese sentido, ayudó a normalizarlo. Ahora por gastar una broma con la delgadez o gordura de alguien ya estás siendo un mal educado y tratando con posibles temas de bulimia o anorexia. Si no hay otra forma de hablar de ello porque es delicado e incómodo hagámoslo tipo «elefante en una cacharrería», incomodemos y seamos incorrectos, pero hablemos de cosas de las que necesariamente hay que hablar.
¿Crees que es el camino correcto? ¿O al menos un camino asequible?
@perradesatan: Me hace gracia algo de lo que tú acabas de decir, permíteme reinterpretarlo: dices que un día hiciste un comentario racista con un amigo, sin malas intenciones, solo buscando un momento de humor y colegueo, pero luego en seguida te excusas en «pero ojo, que yo no soy racista porque…» Eso quiere decir que de alguna manera esta sociedad mojigata está dentro de nosotros, esta especie de conciencia española común que nos obliga a tener que justificarnos cuando hacemos algo mal sigue presente incluso en quien intenta superar estas barreras.
Y por supuesto, la sociedad moderna y libre de prejuicios en la que vivimos… ¡no existe! Nos gusta pensar que sí porque nos dará tranquilidad o vete tú a saber, pero ¿libre de prejuicios? ¿Desde cuando un español ha estado libre de prejuicios? Intenta hacer un poco de memoria y te verás a ti mismo prejuzgando a cualquiera que no encaje en tu estereotipo de «normal» o «bueno». Yo te podría poner mil ejemplos de mi propia experiencia.
Somos una sociedad de máscaras, como la mayoría. Por fuera somos de una manera, y a veces esa manera puede ser completamente contraria a nuestra verdadera forma de pensar. Y todo por el quedar bien, por el postureo o por el qué dirán, llámalo como quieras.
Volviendo al ejemplo del racismo, tenemos que aparentar que no lo somos, porque tenemos la idea de que el racismo es algo malo. Pero, en el fondo de nuestro corazón, ¿somos racistas? ¿No hemos pensado nunca para nosotros mismos «puto negro» o «puto moro» cuando hemos tenido un problema con alguna persona de esa raza? Podíamos haber pensado simplemente «menudo gilipollas», pero nos vamos a lo fácil, a cagarnos en que tiene un color de piel diferente al nuestro.
¿Y qué pasa cuando se hace un chiste sobre eso? Que puede desenmascararnos, no solo al que lo cuenta, sino también al que ríe la gracia. Solo el que está realmente tranquilo y por encima de toda esta conciencilla social puede reirse de verdad y quedarse tan a gusto, pero… ¿Estamos realmente tranquilos con ese tema si tenemos que justificarnos después de hacer un chiste racista o si tenemos que recriminar al que lo ha hecho?
Alex: La cultura esta más dentro de nosotros de lo que pensamos y lamentablemente estamos ante un cultura de mojigatos donde importan demasiado las apariencias. Cuando me he justificado antes lo he hecho pensando «a ver si ahora esta se va a pensar que soy racista o algo». Creo que estamos tan obsesionados con el que pensarán de nosotros los demás que no nos damos cuenta de lo verdaderamente importante: pensar por nosotros mismos.
Creo que aunque me justifique hablando de cosas políticamente incorrectas al menos intento hablar de ello y no ocultarlo y verlo como una vergüenza. El verdadero problema creo que esta en esa vergüenza. El siguiente paso que me queda por dar es intentar no justificarme al decir esas «barbaridades», simplemente tocar el tema, incomodar a la gente y que al menos sean conscientes de ello por un momento, que luego piensen de mi lo que quieran. ¿Crees que saldré vivo del intento?
@perradesatan: Sí, seguro que sí. Yo un día decidí que me iba a sudar todo la polla y creo que no me ha ido tan mal. Algún disgusto me he llevado y algún disgusto he dado, pero a la larga creo que merece la pena. He hecho de la sinceridad y la naturalidad mi bandera y me siento bastante a gusto. En el fondo no me gusta ofender a nadie y nunca he tenido una intención clara de hacerlo, salvo en un par de casos, pero claro, siempre hay alguien que salta. Eso sí, el 90% de esos que saltan, son gilipollas, así que, ¿por qué me iba yo a preocupar de lo que le importe, le ofenda, o me tenga que decir un gilipollas?
Alex: Pues nada, a partir de ahora diré más lo que pienso y si alguien se ofence que se guarde su hiperestesia para sí. Hay mucho mojigato y eso o se cura a base de incomodar o se es imbécil en aras de una «sensibilidad» demasiado decorosa.
@perradesatan: De todas formas, si alguien se ofende, pregúntale por qué. Probablemente ni tenga una razón de peso para sustentar sus «pienso así porque es así como hay que pensar o porque así piensa todo el mundo». De todas formas, hay que tener una cosa clara también: decir lo que se piensa mola, pero no lo confundas con estar en lo cierto. Ahí nos metemos en otra extensa categoría de gilipollas que siempre siempre siempre tienen razón porque saben de todo y lo saben todo antes y mejor que tú. Que no se nos olvide nunca que decir lo que se piensa es opinar.
Alex: Gracias por la charla, eres mi perra favorita.
@perradesatan: Lo sé.