Nadie ha dudado nunca del talento y de la prodigiosa voz de Adele pero parece que con 30, su cuarto álbum de estudio, la cantante ha cobrado más relevancia y protagonismo. Esto ha sido debido en parte a su cambio físico, lo que pone de manifiesto una vez como la normatividad corporal todavía sigue siendo un factor a tener en cuenta, sobre todo cuando hablamos de mujeres. También (los «críticos» algo snobs) han hablado de que cuando Adele hace pop más centrado en el mainstream no siempre sale airosa, todavía sostienen que Hello era una balada que sonaba forzada, pero con Oh My God, el segundo single de su último disco incluso los que intentan ostentar una superioridad cultural despreciando algunas cosas porque han tenido que rendirse ante la evidencia de que esta canción recoge lo mejor de la Adele más clásica y atemporal con el R&B y el dance-pop más pegadizo.
Adele está preparada demostrar que también puede ser toda una diva del pop más allá de las baladas con Oh My God
Cuando pensamos en Adele solemos asociarla a baladas y melodías tristes o melancólicas que podrían haber salido casi de cualquier época por eso cuando nos encontramos con Oh My God en 30, su cuarto álbum de estudio, escuchamos a una Adele distinta, quizá como dice en la letra «Soy una mujer adulta y hago lo que quiero hacer» y por eso es tan sorprendente esta canción. Su pop exquisito y refinado ha conquistado al público de tal forma que ya ha sido top 2 en Reino Unido, top 5 en Estados Unidos además de colarse en los top 40 de Alemania y España y los top 100 de Francia e Italia, sin ni siquiera ser un single oficial por lo que al final su discográfica ha decidido sustituir I Drink Wine, que era estaba planeado originalmente como segundo single por este tema que nos ofrece un sonido distinto al que nos tiene acostumbrados la británica y que recuerda a su primer gran éxito.
A Adele no le hace falta un gran equipo para crear verdaderas joyas pop, ya sea una balada o algo más upbeat. Para escribir Oh My God solo ha hecho falta ella y Greg Kurstin; quién además ha sido quien se ha encargado de producirla. Hay quien dice que esta canción desentona en lo que es 30, pero el hecho de que tenga un sonido que incluye elementos dance-pop, como la reverberación de la música post-disco, o un R&B más británico como su marcada percusión nos indica que la emoción y de lo que habla en la letra es diferente a lo del resto del disco. Después de su divorcio quería volver a salir con alguien y le resultaba algo complicado, por su ansiedad y por ser la estrella que es, por lo que perseguir sus deseos y necesidades suponía lanzarse al vacío. Es más que acertado que su sonido sea diferente a las otras canciones que hablan de divorcio, maternidad, fama o esperanza. Lo cierto es que es un éxito pop pegadizo y con mucho estilo.
Resucitando parte de la estética del videoclip con el que se hizo famosa internacionalmente Adele luce vestuarios en Oh My God como si estuviera en una alfombra roja
Si Oh My God tenía una cierta reminiscencia musical con Rolling In The Deep era lógico que su vídeo también tuviera algo que ver con el de aquel hit, es por eso que el director de ambos clips ha sido el mismo: Sam Brown. Tal y como ha contado en Twitter la propia Adele el día que se publicó Easy On Me fue el mismo en el que se rodó este videoclip pero aún así no se ha notado que a la cantante le estuvieran pasando mil cosas por la cabeza ese mismo día. En blanco y negro nos encontramos un falso plano secuencia en vemos una manaza en una silla, Adele cantando desde otra o duplicada tras ella misma vistiendo un total look de género fluido de demi-couture de Harris Reed. Lo curioso es como la iluminación va cambiando las escenas pero parece que todas forman parte del mismo conjunto mientras van apareciendo más bailarines y personajes, los cuales también repiten en ocasiones la duplicidad en la misma escena que muestra la cantante.
Más tarde vemos la vemos vestida con un traje inspirado en el hábito de una monja con capa blanca con cuello y un gran collar encima, diseñado por Nicolas Ghesquière en Louis Vuitton, lo que sumado al resto de imágenes nos habla del contraste en querer liberarse y dejarse llevar y en retenerse en algún tipo de «castidad». El último look con el que aparece Adele es un vestido corsé en satén rojo escarlata con bolero de tul de seda y tren de la línea de alta costura de Vivienne Westwood. Todo esto sumado a lo que hacen los bailarines y los juegos con las sillas que arden, se amontonan o nos muestran objetos pone en imágenes el conflicto interno de querer rendirse a las pasiones pero no saber si se está haciendo lo correcto, al igual que el caos que fue su vida tras el divorcio y mudarse a Los Ángeles. Que al final Adele con el vestido rojo (aunque sea vea en blanco y negro) muerda la manzana con mucha actitud y se vaya nos muestra que caer en la tentación puede ser un acto de empoderamiento y de elección.
En Oh My God Adele quiere dejar atrás las sombras del pasado y reafirmarse en la nueva vida que ha empezado
Puede que Adele no sea la artista que más se arriesga a la hora de cambiar de estilo pero si que introduce variaciones sobre lo que cuenta y cómo lo cuenta en su música y en Oh My God encontramos una versión diferente de la cantante que retrata algo nuevo como reflejo de su propia vida. El valor de Adele está en sus letras y en como las canta; en el caso de este single en como ella suena relajada y va contando su historia cambiando de registro para caer en un final coral signo de la propia liberación que ella misma experimento. El vídeo no ha inventado nada especial pero el uso que hace de la fotografía, del falso plano secuencia, la utilización del vestuario para contar una historia y el duplicarse a ella y los bailarines en el mismo plano hacen que sea una composición sumamente interesante. Esta claro que todo lo que toca, o más bien canta, Adele se convierte en un éxito, y en un mundo donde las canciones tienden a ser más cortas y no espacio en el pop para las baladas más tradicionales es todo un logro que siga haciendo que el público se enamore de su música.
Aquí puedes leer la letra original de la canción y su traducción al castellano
I ain’t got too much time to spare But I’ll make time for you to show how much I care Wish that I would let you break my walls But I’m still spinning out of control from the fall Boy, you give good love, I won’t lie It’s what keeps me comin’ back even though I’m terrified I know that it’s wrong Oh, my God, I can’t believe it I’m a fool, but they all think I’m blind I know that it’s wrong Oh, my God, I can’t believe it «Lord, don’t let me,» I say, «Lord, don’t let me» Oh, my God, I can’t believe it «Lord, don’t let me,» I say, «Lord, don’t let me» |
No me sobra mucho tiempo Pero sacaré tiempo para demostrarte cuanto me importa Ojalá te dejara romper mis muros Pero todavía estoy fuera de control por la caída Chico, das buen amor, no mentiré Es lo que me hace volver a pesar de que estoy aterrorizada Se que esta mal Oh, Dios mío, no puedo creerlo Soy una tonta, pero todos piensan que estoy ciega Se que esta mal Oh, Dios mío, no puedo creerlo «Señor, no me dejes», digo, «Señor, no me dejes» Oh, Dios mío, no puedo creerlo «Señor, no me dejes», digo, «Señor, no me dejes» |