Hace mucho que quería ir a ver el ballet en directo y en cuanto me enteré de que el Ballet Clásico Ruso iba a representar El Lago de los Cisnes en Salamanca no me lo pensé dos veces y fui a por la entradas. Junto a María de Miguel disfrute de uno de los ballets más célebres, aunque yo tengo otros favoritos dentro de la danza clásica, pero oportunidades como esta no se presentan todos los días.
Por si no lo conocéis El Lago de los Cisnes fue compuesta por el Chaikovsky a finales del siglo XIX. La versión más famosa de este ballet es la de Marius Pepita y Lev Ivanov, la cual es la que el Russian Classical Ballet representó. Es una de las obras más conocidas de ballet, todavía me acuerdo cuando dí algo de clásico de más pequeño que siempre nos ponían fragmentos de este ballet mientras calentábamos.
Os cuento un poco sobre la historia, aunque lo más seguro que ya la conoceréis aunque sea por películas en las que el ballet brilla por su ausencia. En el acto primero vemos una fiesta palaciega en la que el príncipe Sigfrido celebra su cumpleaños, su madre le recuerda que debe de casarse y que por ello celebrará una fiesta al día siguiente en la que invitará a varias chicas. Para evitar sentirse mal y abrumarse ante su compromiso decide irse a cazar.
En el acto segundo vemos como unos cisnes comienzan a salir del lago y se convierten en jóvenes hermosas. Sigfrido llega y apunta con su ballesta hacia las muchachas cuando la joven reina Odette aparece. Ella le cuenta que fue transformada por el malvado mago oscuro Von Rothbart y que solo recuperan su forma humana durante la noche y que el hechizo solo puede romperse su le juran amor eterno.
Los jóvenes se enamoran rápidamente y justo cuando el príncipe le va a jurar amor eterno a Odette aparece Rothbart convirtiendo a todas en cisnes para evitar que se rompa el hechizo. Odette se aleja convertida en cisne.
En el acto tercero se celebra la fiesta en el castillo donde Sigfrido elegirá esposa. Las jóvenes llegan pero el príncipe se niega a escoger pues solo es capaz de pensar en Odette. De repente el bufón anuncia la llegada de un noble desconocido, Von Rothbart llega con Odile, su hija, y hechiza a Sigfrido para que vea en ella a Odette. El la escoge como esposa y le jura amor eterno para descubrir a Odette a lo lejos por lo que acaba corriendo desesperado hacia el lago.
En el cuarto acto las jóvenes-cisnes esperan la llegada de su reina que llora desesperada mientras les cuenta lo que ha pasado en las fiesta del castillo. Aparece Sigfrido y le pide perdón pero aparece el mago oscuro reclamando el regreso de sus hechizadas. Los enamorados luchan contra Rothbart pero todo es inútil ya que el maleficio no se puede romper, por lo que acaban suicidándose en el lago lo que provoca que el mago muera por ese sacrificio de amor y los otros cisnes sean liberados mientras aparecen los espíritus de Odette y Sigfrido ya juntos para siempre.
Con respecto al resto del espectáculo no se muy bien que decir, el decorado fue siempre el mismo y la verdad que mucha sensación de palacio no daba y tampoco es que se viera muy trabajado, pero al menos no ha sido horroroso como en otros ballets que intentando buscar algo diferente solo acaban con cosas feas.
Con respecto al vestuario no tengo absolutamente nada que decir, estaba todo muy bien trabajado y tenía un gran diseño, los mejores trajes el de Odette y el de Odille, pero el de las jóvenes prometidas y el del bufón eran también muy bonitos. Todo lleno de plumas, brillo y pedrería. Un gran trabajo el de Evgeniya Bespalova.
Sin embargo hay una cosa que me molesto en algunos momentos y es que la calidad de los bailarines no era la que esperaba de un espectáculo así. Tanto el príncipe, interpretado por Zigmärs Kirilko y Denis Karakashev, flojeó en algunas partes de la coreografía, al igual que Odile/Odette, Margarita Demjanoka y Evgeniya Bespalova, pero que luego volvían con más fuerzas en las partes complicadas, cosa que no es excusa para bajar el nivel.
Se que yo no soy un experto bailarín de clásico, pero si tengo una base de él y me se la coreografía casí al dedillo solo de verla, es imposible que yo la pudiera ejecutar, pero me molestó bastante que por estar en una ciudad más pequeña y con menos público del que están acostumbrados estos bailarines se permitieran no dar lo mejor de sí. Aunque he de decir que estoy completamente enamorado de la calidad técnica, la luz y las líneas de Yury Kalinin, que interpretó al bufón.
Quitando esos fallos en algunos momentos del ballet, he de decir que lo disfrute muchísimo, verlos volar por el escenario y que te cuenten una historia mientras ves como pasean flotando delante de ti y de como ejecutan movimientos imposibles que hacen que te quedes con la boca abierta solo puede hacer que les adores aunque se caigan. Como bailarín se del esfuerzo, del trabajo y de la técnica que hay detrás de cosa que hacían y eso me hizo disfrutarlo aún más.