Actualizado: 10/02/2019
Parece que hace eones llevar zapatillas deportivas era un síntoma de no saber vestir. De hecho, cuenta la historia, que ir con zapatillas podría significar que el portero de turno te prohibiera la entrada en el local de moda. Afortunadamente las zapatillas se han convertido en un objeto de tendencia, de moda y la gran cantidad de diseños y marcas disponibles ofrecen una multitud de combinaciones para cada look pudiéndolo hacer más elegante o más informal. Actualmente no hay una firma de alta costura que en alguna de sus últimas temporadas no haya incluido su revisión de las sneakers, ya sea en su versión más clásica, con la silueta heredada del tenis o incluso rozando el estilo de las botas de senderismo.
Dependiendo del tipo de teoría de la moda que suscribas la calle es quien influencia las pasarelas o es la pasarela la que dicta las tendencias. Lo que si está claro es que que entraran en el juego de las zapatillas grandes marcas como Chanel, Gucci, Prada, Versace o Dolce & Gabanna ha supuesto la afirmación de su imprescindibilidad en cualquier armario. La calle nunca ha renunciado a las zapatillas como uno de sus básicos pero los principales diseñadores han tardado bastante en presar la atención suficiente a este calzado y han acabado por acostumbrar al ecosistema «trendy» a llevarlas con cualquier cosa.
El punto de inflexión lo vivimos allá por el 2012 cuando Isabel Marant diseñó unas zapatillas con cuña. En aquel entonces todas las publicaciones de moda en vez de optar por llamarlas por su nombre, zapatillas, las bautizó para el mundo hispanohablante como sneakers, porque ya sabemos todos que cualquier cosa dicha en inglés siempre es más cool y más chic. Pero ahí es donde empezó un poco a liarse la cosa. El término sneaker es la forma americana del británico trainner. Este último término se utilizaba originalmente para todas las zapatillas de deporte. Llegó un momento que en España denominamos sneakers a las zapatillas deportivas que llegan por encima del tobillo. Pero tras ello hay una historia y términos más concretos para poder referirnos a este tipo de calzado con la propiedad que se merece.
Las zapatillas que diseñó Isabel Marant en 2012
La suela de goma empezó a utilizarse en el siglo XVIII y ya parece que había una cierta relación con su nombre americano, sneaker, ya que gracias a esta suela se podía caminar sigilosamente (sneak: significa «sigiloso» o «furtivo»). Hacia el final del siglo XIX se empezaron a unir las suelas de goma con cuerpos de lona. En 1916 la empresa Keds creó una zapatilla con suela de goma que comenzó a popularizarse. En 1917 Converse lanzó la primera zapatilla específicamente pensada para jugar al baloncesto. Pero no fue hasta 1921 cuando el modelo Converse All-Stars triunfó definitivamante. Esto se debió a que la estrella del baloncesto Chuck Taylor pulió su diseño y se volcó en la promoción. Esta estrategia tuvo tanto éxito que Converse rebautizó el modelo con el nombre de Taylor a partir de 1932. Justo cuatro años después se diseñó el modelo en bota que calzaría el equipo estadounidense de baloncesto en los Juegos Olímpicos de Berlín.
Las míticas Converse All-Stars de 1917 y que más tarde se rebautizarían como Chuck Taylor All-Stars
Entre los años cuarenta y sesenta se calcula que Converse llegó a controlar el 80% de mercado de zapatillas en EE.UU. Pero eso solo incluía un pequeño porcentaje de lo que la industria del calzado suponía. Durante los años 60 estrellas míticas del celuloide como Audrey Audrey Hepburn, Paul Newman, Greta Garbo o Marilyn Monroe llevaron zapatillas convirtiéndolas así en una prenda que comenzó a ser todo un símbolo de estilo. James Dean quién ganó popularidad con Rebelde sin causa (1955) introdujo en el vestuario juvenil no solo la camiseta como prenda exterior, los vaqueros o el perfecto, si no que también ayudó la difusión de las sneakers como un nuevo icono.
James Dean llevando unas zapatillas.
Pero el verdadero auge de las zapatillas no llegó hasta la década de los años 80. En Estados Unidos se vivió una verdadera obsesión por el movimiento fitness, el gimnasio y todo lo que tuviera que ver con el deporte. Para que nos hagamos una idea del cambio de mentalidad Arnold Schwarzenegger se hizo mundialmente famoso con Conan el Bárbaro, película que se estrenó en 1982. Así esta revolución del fitness benefició enormemente a Reebok y Nike aprovecharía el impacto de Michael Jordan (bautizando a un modelo como las Air Jordan), aunque no sería hasta los 90 cuando llegaría el éxito total a esta última marca.
Aquí están las Nike Air Jordan originales de 1985.
El primer zapato fabricado con lona y suela de goma fue el The Champion de Keds y tras 100 años desde su aparición se ha convertido en todo un icono de la cultura urbana y juvenil. Con el paso del tiempo se ha ido reinventado, se han cambiado los materiales, el diseño, pero siempre con comodidad. Podemos observar que colores, estampados e incluso los materiales han ido cambiando década tras década pero el espíritu de las zapatillas sigue intacto. Ya no están restringidas al deporte o un público estrictamente juvenil, las sneakers ahora son todo un símbolo de estilo.
Keds Champion originales de 1916
Pero la verdadera fiebre por las zapatillas, la que originó a los sneakearheads, se dio a principios de nuestro siglo. Veníamos de los 90 donde Michael Jordan fué la celebridad de toda una generación pero movimientos como el grunge aprovecharon la rebeldía que ofrecían las zapatillas ante el aburguesamiento de las clases medias. Además a principios de los 2000 se vivió una fiebre por la danza, en concreto de las danzas urbanas y ahí las zapatillas vinieron cargadas aún de más significado. Entre los skeaters y los bailarines las zapatillas siempre tuvieron un lugar de honor, pues formaban parte de lo que más amaban y con lo que mayormente trabajaban: sus pies. Así vestir una de las partes del cuerpo que más ojos reclamaba se convirtió en algo vital. ¿Quién no se acuerda de Avril Lavinge llevando las Osiris D3 (uno de los modelos más legendarios en el mundo del skate) en la portada de su disco Let Go?
Aunque cueste verlas bajo esos pantalones terriblemente anchos Avril Lavinge lleva las Osiris D3.
Del grunge, pasando por el skate, hacia la influencia del hip hop y los bailes urbanos las zapatillas sufrieron la última evolución que quedaba por superar: introducir las sneakers por encima del tobillo con materiales más rígidos que la lona. Y es que los bailarines desde ese momento empezaron a ser nuevas figuras públicas, no solo el relleno de escenario de los grandes artistas y lo que calzaban se convertía en tendencia. ¿Pero como llamamos exactamente a los diferentes tipos de altura de las zapatillas?
Aunque algunas publicaciones en castellano prefieren referirse al largo de las zapatillas por caña. Técnicamente la caña o trasera es la parte de la bota o del botín que cubre entre la rodilla y el pie. Y sí, puede que a falta de una terminología mejor en español se pueda utilizar el término caña pero a mi no me resulta propia al hablar de zapatillas. Es por eso que yo prefiero atenerme a la terminología inglesa (además ya sabemos que eso siempre queda más cool). Las low-tops son las zapatillas que no cubren el tobillo y que quedan por debajo de él. Normalmente suelen tener una curva para adaptarse a la forma del tobillo. Tienen un corte bajo y son las que mejor se pueden usar con una chaqueta o incluso con algunos trajes. Son las que más se asemejan a la silueta de un zapato tradicional.
Unas low-tops de vans.
Las mid-cut o mid-tops son justo las que llegan a la altura del tobillo y que nunca llegan a ocultarlo por completo, normalmente se quedan a la mitad de este. Al contrario que las low-tops suelen tener o un corte recto o una lengüeta y trasera más altas con una curva para el tobillo. Este tipo de zapatillas son las que mejor van a quedar con unos vaqueros ya que proporcionarán unos pequeños pliegues al tocar el bajo de los pantalones dándole a todo el conjunto un aire un poco más desenfadado.
Las Air Jordan 4 Toro Bravo son un gran ejemplo de mid-tops.
Por último tendríamos las high-tops, estás cubren por completo el tobillo y suben un poco por encima de este. Es lo que muchas veces por desconocimiento en las tiendas suelen llamar «tipo bota». Originalmente se diseñaron para sujetar el pie y el tobillo lo máximo posible a la hora de jugar al baloncesto y otros deportes. Encontramos que la parte superior puede estar en lona u otras telas flexibles o en materiales más rígidos y resistentes. Poco a poco las high-tops, por ser llamativas y diferentes, empezaron a abrirse paso dentro de la gente que tenía profesiones o pasiones creativas, como la danza. Actualmente llevar una high-tops con solvencia no es tan complicado, en parte porque ya se han normalizado y han perdido ese halo de extravagancia que tenían antes, sobre todo las de materiales rígidos. Yo soy un fan de estas zapatillas y solo llevo high o mid-tops. La verdad que eligiendo el modelo adecuado se pueden conbinar casi con cualquier cosa, incluso con pantalones cortos, aunque esta fórmula solo es para valientes e iluminados en el estilismo (no lo intentéis en vuestras casas).
Las Versace Palazzo son un muy buen ejemplo de unas high-tops extravagantes.
Podríamos diferenciar las zapatillas por materiales o por su tipo de sujeción, pero creo que es más útil diferenciarlas por la altura pues lo que afecta directamente a la silueta cuando nos vestimos. Lo que si que debemos tener en cuenta con las zapatillas es que siempre debemos llevar calcetines. Para que estás no se deterioren y no absorban irremediables malos olores unos buenos calcetines evitaran que nuestras zapatillas favoritas se conviertan en una fuente de peste. Piensa que cada modelo de zapatilla hablará de tí: unas Chuck Taylor All-Stars dirán de tí que eres clásico, unas slip-ons (de las que no tienen cordones y de las que Vans ha sabido sacarle tanto partido) dirán que prefieres la comodidad, unas low-tops de un solo color y de un diseño clásico dirán que no quieres llamar la atención mientras que una high-tops con algún toque especial o llenas de colores resaltarán y llamarán la atención sobre tu personalidad.
Las icónicas slip-ons ajedrezadas de Vans.
Yo lo que si que tengo claro es que soy un sneakerhead, no concibo mi vida sin zapatillas. Quizá es porque los zapatos nunca me han gustado y los encuentro demasiado sosos. Quizá porque las botas solo las ideo para los días extremadamente fríos o lluviosos. Para mí la versatilidad que dan unas zapatillas combinadas con casi cualquier cosa son un tesoro. Además para mi las high-tops siguen vinculándome con el mundo de la danza urbana, con el hip-hop, con el voguing, con el waacking, con el jazz funk… aunque esté sentando leyendo un denso libro de filosofía. Y es que el calzado dice más de nosotros de lo que pensamos.
*Artículo actualizado y revisado en junio del 2017.