Kesha – Praying
Lo que ha vivido Kesha seguramente sea uno de los «culebrones» más intrincados del panorama pop de los últimos tiempos. La cantante lleva inmersa desde 2014 en una batalla legal contra Dr. Luke, que era su antiguo productor. Ella quiere romper el contrato que la mantiene ligada a él, acusando al productor de agresión sexual (después de haberla drogado), acoso, abuso emocional y malas prácticas empresariales desde que firmase en 2005 un contrato con Kemosabe Records, la discográfica de Luke y filial de Sony Music. Por el momento todas sus luchas en los juzgados se han visto frustradas a la hora de salvar las trabas legales impuestas por el estricto contrato que firmó. Sony ya declaró en su momento que la compañía no podía hacer nada sobre el contrato porque Kesha firmó con una compañía paralela de Gottwald (Kasz Money) y no con Kemosabe. Aunque las cosas no han salido como esperaba, ella no se ha rendido y estrenará en agosto Rainbow, su tercer álbum de estudio y cuyo primer single es Praying.