Hay algunas voces que son el icono de una época, Natasha Bedingfield lo es de la primera década de los 2000. Canciones como Unwritten o These Words son ya hitos dentro de la música pop. Pero el último disco que está británica fue en 2010 y aunque ha seguido activa en las redes sociales y artísticamente sus proyectos no han llegado a trascender al gran público como en el pasado. Cuando participó en 2014 en la banda sonora de Campanilla: Hadas y Piratas (The Pirate Fairy en inglés) anunció que volvería a estar más activa públicamente y desde entonces ha publicado dos singles y ha dado conciertos por todo el mundo. Ahora ella colabora en la banda sonora de Served Like A Girl, un documental que ofrece una visión empoderadora de como es servir en las fuerzas armadas de los EE.UU. como mujer y en las continuas luchas para poder volver a casa, como es enfrentarse al trastorno por estrés postraumático, la falta de vivienda o que se les nieguen ciertos beneficios como veteranas. Bedingfield ha aportado su granito de arena con Hey Boy.
Aunque ha pasado bastante tiempo desde que Natasha Bedingfield publicó su último disco parece que ella está dispuesta a volver al ojo público con su arte. Por el momento ha estrenado Hey Boy, una canción que forma parte de la banda sonora de Served Like A Girl, donde han colaborado artistas como Christina Aguilera, Gwen Stefani, P!nk, Little Mix, Lizzo, Lykke Li o Pat Benatar entre otros. La canción ha sido escrita por la propia artista junto con Linda Perry, quien se ha encargado de producirla. Además toda esta banda sonora se publica en We Are Hear, el nuevo sello discográfico de Perry. Una melodía del más puro rock con influencias sesenteras pero que suena realmente electrizante y actual gracias a la forma de cantar de Natasha que hace revivir el espíritu de aquella época. La letra enfrenta a los chicos a preguntarse que quieren ser de mayores como una forma de fomentar la crítica hacia esos roles machistas y cohercitivos que se inculcan a los niños desde pequeños. Todo un single descarado, pegadizo y con un mensaje muy importante.
El vídeo ha sido dirigido por Kii Arens quien aprovechó junto a la cantante para dar una pequeña nota de revancha hacia la actualidad. Bedingfield de hecho promocionó el estreno del vídeo en su página de Facebook como «una forma divertida de anunciar el sexo de su hijo» y es que recientemente hizo público que estaba embarazada. Bajo una estética entre rockabilly y sesentera un grupo de músicos comienza a tocar mientras Natasha aparece cantando vestida como una chica de los años 40 con su pañuelo al cuello, como una motera más actual desde la mesa de un bar o como una mezcla de ambas desde un moto mientras en el fondo se van proyectando diferentes imágenes. También nos ofrece una versión más chic con gafas de ojo de gato y un abrigo de pelo para acabar de completar esa estética de glamour rockero. Pero lo interesante no está en como se visten, si no en los grafismos que se proyectan y añaden en postproducción pues es lo que aporta aún más significado a la canción.
Por ejemplo las imágenes de plátanos y cerezas justo cuando canta «give it to me» hacen una clara referencia a metáforas sexuales en inglés. Las imágenes pop art de Donald Trump como un hombre gritón con dientes afilados seguidas de acoso en el bar y cortes de manga se vuelven muy significativas. El videoclip nos muestra la cara de aburrimiento e impaciencia cuando su acosador y otro hombre se pelean en esa lucha por medir su testosterona. El grafismo vintage de los ojos como el ojo público que todo lo ve seguido de la propia Natasha rompiendo una foto de Harvey Weinstein y un rótulo que pone «No seas un Harvey». También hay referencias de fuera de Estados Unidos con imágenes de una bomba estallando y un pop art de Kim Jong-un. Todos los modelos nocivos de masculinidad agresiva, misógina y machista se reflejan en estos pocos ejemplos como algo que no seguir cuando un chico se hace mayor. Pero además nos ofrece imágenes de poder femenino como siendo ella la que acaba la pelea con un botellazo o presumiendo de su silueta de mujer embarazada con orgullo.
La verdad es que no nos esperábamos que Natasha Bedingfield fuera a regresar próximamente, sobre todo porque lo común es que las cantantes cuando se quedan embarazadas se tomen un tiempo para ellas y su familia fuera del ojo público. Para la británica al menos no ha sido así del todo y aunque desconocemos si publicará un nuevo álbum de estudio al menos nos ha regalado el single Hey Boy, que forma parte de la banda sonora de Served Like a Girl. La canción es una delicia neo-rockabilly con muchos toques pop y un estribillo pegadizo con un mensaje feminista dedicado a los hombres del mañana. El video solo hace que recalcar ese mensaje contra los modelos masculinos nocivos. Lo hace de una forma muy sencilla, prácticamente todo el clip es Natasha cantando sobre un fondo donde se van proyectando imágenes, pero la fotografía y la estética está tan cuidada que no se hace para nada monótono o aburrido, además añadir referencias a Trump, Weinstein o Jong-un lo convierte en un reflejo y denuncia de la actualidad machista de hombre en el poder. Esperemos que Natasha Bedingfield nos ofrezca más música pronto pero por el momento Hey Boy es suficiente para disfrutar de su voz en una melodía muy pegadiza.
Aquí está la letra original de la canción y su traducción al castellano
Hey boy What you gonna be when you grow up? Hey boy What you gonna be when you grow up? Are you gonna wear the pants, be like Superman? Hey boy, what you gonna be when you grow up? So you’re gonna rule the sky, in your lego tower? Hey boy, what you gonna be when you grow up? (hey) I see you, boy Hey boy, what you gonna be when you grow up? (oh yeah, uh) I see you, boy |
Oye chico ¿Qué vas a ser cuando seas mayor? Oye chico ¿Qué vas a ser cuando seas mayor? ¿Vas a ponerte los pantalones, ser como Superman? Oye chico, ¿qué vas a ser cuando seas mayor? ¿Así que vas a gobernar el cielo, en tu torre de lego? Oye chico, ¿qué vas a ser cuando seas mayor? (Oye) Te veo, chico Oye chico, ¿qué vas a ser cuando seas mayor? (oh sí, eh) Te veo, chico |