Laura Gallego es quizá una de las autora de fantasía más fértiles en la literatura española. Aunque ha escrito novelas que contaban historias únicas y cerradas parece que sus trilogías son las que más adeptos consiguen entre los lectores. Quizá la más célebre de sus trilogías sea Memorias de Idhún, pero también contamos con las Crónicas de la Torre (aunque este tiene un libro extra vinculado a uno de los personajes). Ahora le ha llegado el turno al final de la última trilogía que la autora tiene en su haber: Guardianes de la Ciudadela y para concluir esta saga lo hace con La misión de Rox.
En esta tercera entrega nos encontraremos con muchas respuestas que se habían planteando en El bestiario de Axlin y El secreto de Xein dándonos a conocer más detalles sobre este mundo asediado por monstruos que se vuelve, según va avanzando la historia, algo más siniestro y enrevesado. Como pasó con Memorias de Idhún también obtenemos piezas relativas al origen de este mundo creado por Gallego que acabarán por completar el puzzle de este universo literario.
Este es el libro más largo de toda esta serie y quizá no debería haber sido el último pues La misión de Rox cuenta con bastantes más páginas que sus dos predecesores y algunos puntos de la historia quizá queden un poco cojos a la hora de ser resueltos quizá por no llenar de más páginas este volumen. Puede que otro libro más añadido a esta series hubiera permitido resolver de forma más satisfactoria algunos puntos de la trama y permitirle a Laura Gallego recrearse más en las descripciones, algo que ha demostrado que se le da especialmente bien para atrapar al lector.
La historia aquí comienza con Xein destinado a la Última Frontera, tal y como acabó El secreto de Xein, para que este pudiera cumplir el castigo que la Guardia de la Ciudadela le había impuesto por saber más de lo que debería. En esta parte de la historia aparecen también nuevos monstruos de lo que ni siquiera Axlin puede sospechar nada, no como en el caso de los Innombrables. En la Última Frontera nos encontramos a un Xein más taciturno, falto de esperanza y que, por todo lo que sabe, cae como en una especie de depresión, aunque la gran mayoría de los que están ahí sufren lo mismo porque comparte el mismo conocimiento.
Quizá este sea uno de los puntos más interesantes de esta novela ya que Xein es un guardián, alguien excepcional y de grandes habilidades, pero también es un chico, y no es común encontrarnos en la literatura a personajes masculinos que veamos que se sienten vulnerables o deprimidos. Aquí Xein no es el típico héroe fuerte, inquebrantable, luchador y optimista; es un ser roto por dentro que no le encuentra sentido a su propia vida y que actúa casi como un autómata en muchos sentidos.
Como el título de este libro indica Rox obtiene mucho más protagonismo, quizá demasiado en comparación con el anterior, que es donde aparece por primera vez. Quizá haber tenido más peso en el segundo libro o al menos algún capítulo más no nos haría sentirnos un tanto extraños frente a Rox, porque de tenerla simplemente como la Guardiana perfecta que siente una gran amistad por Xein y que se salta algunas normas por él, pasa a ser una heroína con un trágico pasado. Es justo en su misión al encontrar la aldea donde nació donde nos falta algo más de cómo pasa de ser una cosa a otra ya que su evolución y su bagaje emocional resultan demasiado rápidos y abruptos en pos de una historia llena de más acción.
Pocas páginas para una historia que tiene mucho que contar
Creo que ese es el principal defecto que puede tener La Misión de Rox, mientras que en los dos primeros tomos de la trilogía nos enfrentamos a descubrir un mundo repleto de monstruos poco a poco y a sospechar que hay conspiraciones donde menos las esperábamos con buenas dosis de acción, aquí las transiciones entre los sucesos que hacen avanzar la trama y la información nueva y clave sobre este universo en el que nos sumergimos se hacen demasiado precipitadas.
Sin embargo Axlin supone el elemento estabilizador de toda esta vorágine de información. Las tramas que rodean a nuestra bibliotecaria hacen que la historia se atempere y recobre el ritmo de las novelas anteriores, quizá un ritmo que hubiera beneficiado al resto de la trama. Lo bien hiladas que están las cosas cuando aparece Axlin a veces contrastan demasiado con las casualidades o con lo que viven otros personajes, es un cambio de ritmo demasiado grande que le pasa algo de factura a la cohesión de todo el libro.
Todo lo que ocurre en la Ciudadela, las intrigas y las conspiraciones son lo que mejor está construido de todo este libro. Además gracias a Dex podemos conocer más sobre la aristocracia y la ciudad vieja de la Ciudadela lo que acaba por poner piezas clave en toda esta historia. Para los que todavía siguen diciendo que Laura Gallego no tiene en cuenta a los personajes LGTBQ la trama de Dex y la de uno de los personajes en El libro de los portales, habla precisamente de querer dar visibilidad a las personas del colectivo y no meter su sexualidad como un dato aleatorio más como hace J.K. Rowling con el color de piel o las inclinaciones de sus personajes.
La secta de la Senda del Manantial y la inclusión de dos personajes centrales en la aparición de los monstruos en el mundo han sido los peor parados, ya que podía habérsele sacado mucho más jugo a estas historias y crear algo mucho más cohesionado y que atrapara al lector en un universo único pero a veces. En algunos momentos da la sensación de que todo es como demasiado fortuito o infantil, sobre todo algunas explicaciones que si hubieran estado más desarrolladas no habrían tenido ese problema.
En vez de el final de una trilogía La Misión de Rox debería haber sido el tercer libro de una tetralogía
Aún así y aunque nos encontremos con una historia que podría haber estado mejor desarrollada en dos libros en vez de en uno La Misión de Rox pone un buen punto final a esta historia dándole algo de esperanza a este mundo repleto de horror y muerte. Aunque el epílogo sea demasiado esquemático nos da el final que todos estábamos deseando al sumergirnos en esta historia, o casi.
Si has leído El bestiario de Axlin y El secreto de Xein necesitas leer La misión de Rox ya que te dará mucho más de lo que pudieras esperar para el final de esta saga, aunque, vuelvo a repetir, hubiera sido mucho mejor que el desenlace apareciera en dos tomos y no solo en uno porque así Laura Gallego podría haber dedicado más páginas a desarrollar puntos clave de este universo que tal y como han sido escritos en este libro quedan un poco cojos. De todas formas el libro se disfruta desde la primera a la última página y sigue siendo una lectura más que recomendable.